La Vía Láctea es la galaxia de la cual forma parte el sistema solar, es decir, la galaxia en donde se encuentra la Tierra. Consiste en una gigantesca agrupación de estrellas, planetas y nubes de gas con forma de espiral barrada y un diámetro medio de alrededor de 200.000 años luz. En su centro habita un agujero negro súper masivo, cuya fuerza gravitacional mantiene los cúmulos estelares en una órbita estable.
Es posible percibir la Vía Láctea a simple vista en una noche despejada, como una luz blanca borrosa que se extiende alrededor de la esfera celeste. Esto se debe a que el sistema solar se encuentra en una región apartada del centro, aproximadamente a 25.766 años luz (unos 7900 pársec), en uno de los brazos de la espiral. Al Sol le toma 225 millones de años terrestres completar una vuelta alrededor del centro galáctico.
Por otro lado, el Sol es apenas una de los cientos de miles de millones de estrellas que conforman la Vía Láctea. Estas se encuentran, en su mayoría, dispersas de manera individual o por pares, pero existen también acumulaciones importantes de estrellas conocidas como cúmulos globulares (algunos cerrados y compactos, otros abiertos y más dispersos), algunas de las cuales superan hasta en 50 veces el brillo del Sol.
Se estima que en total la galaxia tiene una masa equivalente a 1012 (o sea 10.000.000.000.000) veces la solar, y que es apenas una de un conjunto de 40 galaxias conocido como el Grupo Local.
Por lo demás, la naturaleza de la Vía Láctea sigue albergando numerosos misterios para los astrónomos y astrofísicos, en parte por su inmensidad y también porque una densa capa de polvo espacial oscurece la observación directa del centro galáctico, por lo que solo es posible estudiarlo a través de telescopios de ondas de radio y telescopios infrarrojos.
Características generales de la Vía Láctea
Una mirada general de la Vía Láctea revela las siguientes características:
- Tiene forma de espiral plana, de aproximadamente 200 mil años luz de largo (las primeras mediciones en 1917 le atribuían la mitad) pero tan solo mil años luz de grosor. Sin embargo, investigaciones recientes señalan que la espiral se deforma y retuerce progresivamente a medida que se aleja del centro galáctico.
- Está conformada por entre 100 y 400 mil millones de estrellas, la más antigua tiene alrededor de 13 mil millones de años de edad, apenas 600 mil años más joven que el resto de la galaxia.
- El sistema solar tarda 225 millones de años en dar una vuelta alrededor de la galaxia. Desde su formación, ha completado 18 vueltas, de modo que la Tierra tiene apenas 18 años galácticos de existencia.
- En el corazón de la galaxia hay un agujero negro súper masivo conocido como Sagitario A, cuya masa equivale a 4 millones de veces la del Sol y que fue observado directamente por primera vez en 2022.
- Absolutamente todas las estrellas que se pueden observar a simple vista en la noche pertenecen a la Vía Láctea. El nombre de la galaxia proviene de la mitología romana.
- Se estima que en unos 4 mil millones de años, la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda, su vecina más cercana en el Grupo Local, acabarán fusionándose en una única y masiva galaxia.
Estructura de la Vía Láctea
La Vía Láctea tiene una estructura bastante común entre las galaxias conocidas, la mayoría de las cuales tienen forma de espiral. Sus componentes pueden organizarse en seis secciones distintas, que son:
- El núcleo galáctico. Es el corazón de la galaxia, compuesto por un agujero negro súper masivo (Sagitario A) y un disco de acreción que lo rodea, es decir, una nube de gas a altísimas temperaturas. Se trata de una región de mucha actividad energética y poderosas emisiones de radiación infrarroja y de rayos X, debido al rápido movimiento de las nubes de gas.
- El bulbo central. Es la región esférica y próxima al núcleo galáctico, densamente poblada por estrellas de población II, es decir, por estrellas antiguas de poca metalicidad. Los principales cúmulos globulares de la galaxia se encuentran en esta región, y pueden ser observados ópticamente cuando sobresalen de la nube de polvo estelar de la galaxia.
- El disco galáctico. Es la región que se extiende desde el núcleo galáctico hasta unos 75 mil años luz de distancia, y es la región más visible y evidente de la galaxia. Se trata del conjunto masivo y brillante de estrellas que anteceden a la aparición de los brazos de la espiral, dividido a menudo en un disco grueso, de estrellas viejas y gran densidad de materia, y un disco delgado, de baja densidad y estrellas más jóvenes.
- Los brazos de la espiral. Es el conjunto exterior de “brazos” o apéndices de la galaxia, que le confieren su forma de espiral. Esta forma no es fácil de observar a simple vista y no se confirmó sino hasta 1953, aunque sigue siendo difícil de comprender desde un punto de vista práctico. Cada espiral tiene un nombre distinto: el brazo de Perseo, el brazo exterior, el brazo scutum-centaurus, entre otros.
- El componente esférico galáctico. Es una extensión del bulbo central por encima y por debajo del disco galáctico, de forma remotamente esférica y poblada casi exclusivamente por cúmulos globulares exteriores, estrellas dispersas y estrellas enanas desprovistas de materiales pesados.
- El halo galáctico. Es el componente menos comprendido de la estructura galáctica, exterior a su porción visible, y que consiste en una porción esferoidal de espacio envolviendo a la galaxia. Tiene una inmensa cantidad de materia oscura, cuya masa tiene un efecto notable sobre la rotación galáctica. Se piensa que se extiende a lo largo de 100 mil años luz desde el centro y que tiene una cantidad de masa equivalente al del resto de la galaxia.
Formación de la Vía Láctea
Se piensa que la Vía Láctea es una de las galaxias más antiguas del universo conocido, dado que en muchos de sus cúmulos globulares se encuentran algunas de las estrellas más antiguas que se conocen. La formación de la galaxia tuvo lugar hace alrededor de 12 o 13 mil millones de años, una edad muy próxima a la estimada para el cosmos entero, y tuvo su inicio en el material de los cúmulos globulares que componen el halo estelar.
Sin embargo, la Vía Láctea ganó una mayor complejidad y densidad a través de su encuentro con otras galaxias menores, que acabaron fusionadas con ella. De hecho, en la actualidad la galaxia está devorando parcialmente la masa de otras galaxias satélites, como la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes.
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